Caminando hacia nuestros objetivos, en ocasiones nos encontramos situaciones que nos impiden o nos complican la ejecución de nuestras acciones. Evidentemente, si no depuramos emocionalmente la situación y no tenemos una mente proactiva y resolutiva, pronto caeremos en la frustración y la ira (en algunos casos en el autocastigo)
Pero de los traspiés se puede aprender y pueden convertirse en grandes oportunidades, sólo hay que saber aprovecharlas.
Ayer me hice un esguince en el tobillo izquierdo mientras bajaba las escaleras de casa. La verdad es que es un fastidio porque en verano y andar con muletas no es muy agradable. Además, hoy tenía una sesión de coaching y una entrevista con una productora de televisión y el próximo lunes, martes y miércoles un curso bastante importante.
Inicialmente podríamos pensar que todo se ha estropeado y que estaré sin poder recuperar mis acciones hasta dentro de un mes y medio (teniendo en cuenta que caemos en Agosto y hasta Septiembre no hay otros proyectos) Pero he decidido cambiar la situación.
Estos días había dejado un poco de lado las respuestas de los mails y el envío de propuestas nuevas, ya que entre el calor y algunos cambios que estoy teniendo en casa, no encontraba el momento oportuno. Sin embargo, hoy es el día perfecto: No tenía otra cosa que hacer que quedarme en casa con la pata retorcida y en reposo.
Tras enviar varios mails, he cerrado un principio de acuerdo con dos organizaciones importantes que llevaba meses preparando. Además, el cliente de esta tarde ha decidido venir a las proximidades de mi casa ya que su interés es creciente y con las personas de la productora, he acordado vernos la semana que viene en un lugar más conveniente. La gente quiere colaborar y ayudar.
Así que hoy me encuentro fantástico de ánimo al comprobar que gracias a mi actitud, no sólo he cerrado dos clientes próximos, si no que también he descubierto el interés y el desarrollo de las personas con las que estoy tratando en mis sesiones.
Todo es cuestión de actitud.
Ayer todo lo veía gris (mi escala solo llega hasta el gris plata) y hoy he recuperado mi increíble nube. Cuando sufras un traspiés, no caigas en el desánimo y busca alternativas constructivas y que te ayuden a resolver la solución. Por ahí quizá te encuentres algo por el camino.
martes, 22 de julio de 2008
Pequeño traspiés
Publicado por
Rubén Turienzo
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