La historia tiene lugar en Baltimore, Maryland, en los años 60. Trata sobre una muchacha, Tracy, cuyo sueño es bailar en el espectáculo de Corny Collins, un programa de baile de la TV local. Ella consigue una posibilidad en el espectáculo y se hace una celebridad de la noche a la mañana. Ahora que es una heroína juvenil, comienza a utilizar su fama para hablar en nombre de la causa en la que cree: la integración racial. Para esto, tiene la ayuda de su madre Edna (John Travolta), su padre Wilbur (Christopher Walken), su mejor amiga Penny Pingleton (Amanda Bynes) , la tocadiscos local afroamericana, Motormouth Maybelle (Queen Latifah), y los niños negros de Motormouth , Seaweed (Elijah Kelley) y Lil' Inés (Taylor Parks). Pero Tracy se gana la rivalidad de la estrella anterior del programa: Amber Von Tussle (Brittany Snow), así como la de su madre, una mujer manipuladora y racista. La rivalidad llega a una cumbre cuando Amber y Tracy luchan por el título de Miss Teenager Hairspray 1962.
Lo primero que sorprende de esta película es el reparto. Una decena de grandes actores y actrices prestan sus artes para redondear sin duda una gran historia llena de momentos divertidos y con bastante crítica a un momento de la historia de estados unidos. Y sobre todo evidentemente, un John Travolta espectacular en el papel de la madre de la protagonista que se mueve cómodo y muy creíble en uno de esos papeles que le recuerdan a todo el mundo lo buen actor que es (y lo bien que baila, por supuesto)
Pero vayamos a las enseñanzas que extraigo de esta película.
1. Creencias limitantes
“Si usted cree que puede o cree que no puede,
siempre tiene razón”
Nuestras creencias influyen directamente sobre nuestra conducta. Si uno cree que “en Andorra no se puede hacer nada”, lo más probable es que no haga nada: no buscará información, no se esforzará, no se capacitará y tampoco invertirá. Es bastante fácil predecir cuál será el futuro de este individuo: el más total y absoluto fracaso, en definitiva, un perdedor. Además obviamente de haber generado una profecía autocumplida "¿ves cómo en Andorra no se podía hacer nada?"
En la película, sobre todo nos encontramos con varias creencias limitantes. En primer lugar la de la protagonista, al ser una chica gorda todo a su alrededor le dice que no podrá salir en el programa "de los más guapos de la ciudad". En segundo lugar la creencia racial y su aparente deseo de la no mezcolanza. Y en tercero, la creencia de los guapos "yo no puedo ayudar mucho, pertenezco al grupo de los guapos"
Las creencias limitantes diseñan un mapa mental del que nos es muy difícil salir. Nos programamos para darnos la razón y cometemos una y otra vez ese error. Imagínate, por un lado tú quieres alcanzar el éxito, pero por el otro lado tienes creencias como:
"La vida es dura"
"El dinero es la fuente de todos los males"
"Los ricos no tienen sentimientos"
"Es espiritual ser pobre"
"Yo no tengo suerte, no me darán el trabajo"
No es un misterio que existan tantas personas que se sienten frustradas, esforzándose tanto por avanzar en sus vidas, siguiendo las "reglas del juego" y se encuentran perdiendo el gran juego de la vida, porque, como marionetas, están siendo manipulados con los hilos de sus creencias limitantes.
Siempre he dicho lo siguiente:
"Para moverte al próximo nivel en tu vida, debes tener el coraje de desafiar las creencias limitantes que te mantienen donde estás"
Así, igual que Tracy se presenta al casting, y después al baile que le acerca a su sueño, ¿tú que vas a hacer para combatir tus creencias?
Identifica, Ponlas a prueba y celebra tu éxito.
2. Ante un mal día... canta
Esta es la enseñanza más divertida que me gusta sacar de esta película.
¿Te imaginas poder ir cantando por la calle como si de un musical se tratase? Una calle en la que todos lo colores son bonitos y están combinados, en la que todo el mundo se sabe la coreografía, la letra de tu canción e incluso te sonríe...
Los musicales tienen algo especial. Una de mis películas favoritas es cantando bajo la lluvia. Y sí, a mi me gusta cantar, y como no lo hago muy bien que se diga, pues suelo cantar bajo la lluvia (aunque sea de la ducha) que ayuda con la reverberación y las voces siempre suenan mejor. Pero bueno, no es momento de contar mis costumbres higiénicas.
A lo que vamos. Desde hace años tengo una fórmula para esos días malos que todos y todas por desgracia tenemos. Y es una fórmula sencilla. Cantar mentalmente alguna canción que te genere buenas vibraciones. Ponte a imaginar toda la escena (apenas durará dos minutos) y piensa en tus compañeros de trabajo saltando por encima de las mesas, poniendo caritas, a las personas de la calle dando volteretas... El resultado es sorprendente. De repente, el gran problema ya no lo es tanto y al relativizarlo, podemos ponernos a trabajar para superarlo.
Sólo una recomendación, vigila tu sonrisa o las personas pensarán que estás mal de la cabeza. (o que están en tu nube como en mi caso)
Hoy me siento feliz tras un formidable fin de semana. Lo he pasado muy bien. Asi, que este estado de ánimo se merece una canción...
feliz semana
lunes, 22 de septiembre de 2008
Hairspray
Publicado por
Rubén Turienzo
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