En ocasiones por reconocer el trabajo realizado, otras veces para quitar de en medio a alguien con quien no queremos trabajar y otras, unas pocas, por buscar tener a alguien afín a nuestros intereses en puestos de mayor responsabilidad. La patada hacia arriba es una tradición tan lejana como insana en el mundo empresarial y político de este país.
¿Porqué esas decisiones mezquinas y poco responsables? Por suerte nunca he sufrido directamente esta situación, pero sí alguno de mis clientes y es realmente un ejercicio de deslealtad para con la empresa de aquel que decide, aun sabiendo que no tiene cualidades, ascender en un cargo a una persona de este perfil.
Cuando hablamos de liderazgo, gestión de equipos o gerencia hay una palabra que creo que repito con bastante frecuencia: RESPONSABILIDAD.
Responsabilidad por tus decisiones hacia el objetivo propio, responsabilidad para la consecución del objetivo de la organización y responsabilidad para con tus compañeros. Pero hay una cuarta pata importante y que nunca prestamos atención. Si actuamos así con alguien, esa persona nunca valorará a los compañeros, nunca intentará mejorar y por supuesto, generará clones ya que a él "le ha ido bien siendo así". Además, podemos transmitir al resto de compañeros lo que es una verdad callada en muchas organizaciones "aquí se premia a los mediocres" o "si te estás calladito y sabes a quien arrimarte llegarás lejos".
Debemos romper esa actitud y luchar por cambiar. Antes de dar una patada hacia arriba piensa... ¿merece la pena para la organización, para los compañeros y para ti realmente esa decisión? Hay a personas que ese tipo de cuestiones no le parecen importantes... A mi sí
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lunes, 12 de mayo de 2008
Encumbrando al perdedor
Publicado por
Rubén Turienzo
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