Ayer un cliente me comentó un problema ocurrido cuando recibió por correo electrónico una respuesta bastante sorprendente de un compañero de trabajo, una contestación inesperada a un mail procesual anterior. El correo era técnicamente correcto, pero equivocado relacionalmente; una respuesta desproporcionada, casi infantil, al correo original.
Si alguna vez llega a sucederte algo similar comparto contigo los siguientes consejos:
1. Enfríate. Pon distancia entre el estímulo y la respuesta. Si dejas que pase el tiempo, podrás ubicar las cosas en su contexto y responder apropiadamente; tomar una decisión y no actuar por impulso.
2. Háblalo. Busca a alguien que te ayude a tomar perspectiva. Si no tienes a la mano a alguien de tu entera confianza, hazte la pregunta: ¿Qué resultado quiero obtener?
3. Escríbelo. Contesta enojado, molesto, pero en una hoja de papel. Conviértelo en un proyecto y archivalo en el folder de “Algún día/Tal vez”. Cuando haya pasado todo puedes desecharlo.
4. Revisa. ¿Qué hiciste para contribuir a este resultado? Posiblemente estés en lo correcto y el otro esté equivocado; pero, posiblemente sea a la inversa.
5. Busca una solución y logra un acuerdo.
Recuerda que los emails no tienen entonación así que su lectura condicionada puede provocar una gran crisis. El mail es una herramienta que debe ayudarnos a proceder de una manera más eficaz y optimizada, no un arma de ataque.
No pierdas la oportunidad de "entonarlo" con una simple llamada o con una visita personal y no desperdicies tu tiempo y tu talento en crear una respuesta hiriente. No merece la pena.
www.rubenturienzo.com
sábado, 3 de mayo de 2008
Antes de mandarlo...piensa!!! (R)
Publicado por
Rubén Turienzo
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