jueves, 17 de abril de 2008

Conversaciones en la galia

Cuentan que una mañana, el joven galo Futurocoachix paseaba por los alrededores del poblado buscando algún jabalí para llevarse a la boca cuando, tras una roca, se encontró llorando al centurión romano Perdedor maximus.

Este hecho le sorprendió ya que nunca hubiese pensado encontrarse nunca con esa escena, así que procedió a preguntarle:

- Buenos días centurión, ¿qué te hace llorar así?

El primer movimiento que tuvo el romano fue cerrar los ojos y esperar un golpe sobrenatural, sin embargo, al no producirse comenzó a contarle:

- Resulta que yo venía de conquistar extensas superficies en hispania cuando el César me nombró responsable de la conquista de la galia. Y ahí comenzaron los problemas, ya que al no conseguir dominaros en el primer asalto, lo intentamos varias veces y cayeron muchos hombres, victimas de vuestros golpes, pero ahora nadie quiere volver a la lucha y debo informar a Roma.

- ¿Qué crees que les provocas para que no quieran seguirte?

- Bueno no sé...Es cierto que para llegar donde he llegado, he tenido que escalar mucho y algunas personas se han quedado en el camino.

- ¿Quieres decir que has abusado de tu condición?

- En ocasiones, joven galo, es necesario el sacrificio para una gran victoria. Los hombres deben saber que esa es la primera norma de la legión romana.

- ¿Y crees que una persona pueda realmente sacrificar su vida para mantener el estado de bienestar de los gobernantes romanos, subidos en lo alto de una colina mientras ellos se enfrentan a los enemigos?

- Bueno...ejem...es su obligación. Se les paga por ello.

- Vaya, hoy he aprendido dos cosas sobre los romanos. La primera que pagan por luchar...

- ¿vosotros no cobráis?

- A nosotros nos encanta luchar, seguimos a nuestro jefe, que siempre es el primero en golpear y en dar la cara junto al resto y no subido en su colina como si fuera un intocable. Estamos orgullosos de defender lo nuestro y de sentirnos libres. Lo hacemos porque creemos en el proyecto de nuestro jefe.

- ¿Y la segunda?...

- Ya sé porqué fracasáis en vuestros intentos.

- ¿Y me lo contarías?

- Sí claro, seguís la filosofía de "perder por ganar". Basáis la victoria en el acto individual de la persona que dirige a las legiones, eso genera indivualismo y soledad. En cambio cuando os encontráis con la competitividad positiva y un equipo fuertemente estructurado, no tenéis nada que hacer.

- Gracias galo jejeje

Perdedor maximus fue corriendo hacia su campamento, pensando que el galo le había dado la solución. Debería plantear la batalla desde la victoria de equipo, dejando a un lado las medallas venideras y comunicando con ilusión el objetivo y los placeres que TODOS disfrutarían. Debería reforzar la competitividad positiva entre ellos, persiguiendo el bien común y abandonar el individualismo que hasta entonces reinaba. El romano se reía ya que pensaba preparar pronto a las tropas y conseguir que a partir de entonces los papirocomics comenzarán de otra manera. Sin una lupa y unos irreductibles galos.

El galo volvía tranquilo y sonriente hacia el poblado. Tranquilo por tener la conciencia tranquila al saber que había ayudado a alguien a mejorar y a acercarse a su objetivo. Sonriente pensando que gracias a sus palabras los romanos pronto volverían a plantarles cara y todos disfrutarían de una gran batalla y sabiendo que gracias a la poción, volverían a ganar.

- ¡Panoramix, tenemos visita! - gritó sonriendo.

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