viernes, 21 de diciembre de 2007

Una de zombies




No es raro que en las organizaciones nos encontremos con unas personas que, aunque aparentemente están vivos, en realidad son almas en pena que llevan muertos mucho tiempo.

Son personas sin motivación, ni ilusión. Son personas que cada día se levantan con la agonía e insatisfacción reflejada en su cara al ir a trabajar. Si pudiésemos medir su rendimiento no superaría el 15% de sus capacidades. Además, se mueven lentamente, no suelen tener ideas propias y lo más preocupante, como en las viejas películas de zombies, van en busca de las personas “vivas” para transformarlas en muertos vivientes.

En este desánimo y apatía, cualquier atisbo de vivacidad es entendido como una auténtica provocación. Ya que las personas vivas demuestran por comparación, lo muertas que están las demás.

Pero siempre hay una solución.

En este caso, los resucitadores. Este rol lo desempeñan personas con una buena visión y con unas extraordinarias dotes de comunicación. Suelen ser motivadores y afectivos. Son capaces de bajar a los infiernos a recuperar esas almas en pena y devolverles la vida.

Si estás rodeado de muertos vivientes y quieres convertirte en resucitador recuerda varios elementos fundamentales:

1. Traza una visión
2. Desarrolla un discurso ilusionante
3. Genera éxitos a corto plazo
4. Comunícate y muéstrate cercano
5. Elimina las resistencias y los argumentarios negativos.
6. Dota de vida a los resucitados

Cuando entres o te encuentres en un cementerio no dudes en luchar y nunca olvides que todos los que están en las tumbas, en algún momento tuvieron vida. Espero que aproveches estas fechas que vienen para coger fuerzas para resucitar a muchos muertos vivientes, aunque lo consiguieras con uno sólo, ya merecería la pena.

Rubén Turienzo
www.rubenturienzo.com

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