lunes, 10 de diciembre de 2007
El valor ético.
Sin duda en numerosas ocasiones nos encontramos ante la vicisitud de elegir si lo que debemos hacer profesionalmente nos beneficia o nos perjudica emocionalmente. Si esas decisiones que sabemos que nos harán crecer en la carrera profesional, nos pasan factura en nuestra personalidad.
Una apuesta por el valor ético del trabajador y por extensión de la empresa llevaría a que al alinear a los trabajadores en sus dos vertientes, sin duda generaría una mayor efectivividad y eficacia sin renunciar a los valores éticos. El empleado estaría feliz porque cree en lo que hace. No tendría dudas. Es por ello que hay que tener en cuenta los siguientes valores.
1. Honestidad - Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia.
2. Integridad - Defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los medios, echando a un lado sus principios.
3. Compromiso - Mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar un incumplimiento o rehuir una responsabilidad.
4. Lealtad - Actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés.
5. Ecuanimidad - Ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás. Mantener su mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha equivocado.
6. Dedicación - Estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber para con los demás con atención, cortesía y servicio.
7. Respeto - Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre determinación.
8. Responsabilidad ciudadana - Respetar, obedecer las leyes y tener conciencia social.
9. Excelencia - Ser diligentes, emprendedores y estar bien preparado para ejercer su labor con responsabilidad y eficacia.
10. Ejemplo - Ser modelo de honestidad y moral ética al asumir responsabilidades y al defender la verdad ante todo.
11. Conducta intachable - La confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral y ética irreprochable.
Creo sinceramente que si todos fuésemos capaces de exigirnos a nosotros y a nuestros empleados el respeto y cumplimiento de estas directrices, el valor ético sería realmente un valor y no una carga. Desarrolla tus capacidades profesionales, pero respeta tus valores.
www.rubenturienzo.com
Publicado por
Rubén Turienzo
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