martes, 8 de enero de 2008

El coach del Rey





Elvis Aaron Presley lo tuvo todo en la palma de su mano, pero no voy a hablar de su éxito. A pesar de su muerte, Elvis sigue vendiendo discos y actualmente ha superado la cifra de los 1000 millones de discos vendidos. Pero no voy hablar de eso tampoco.

No voy a hablar de su dura infancia en Tupelo, ni de sus primeras grabaciones en Sun Records. No escribiré sobre Heartbreak Hotel, con la que consiguió su primer número uno, ni de sus siguientes dieciocho temas que coronaron todas las listas. Ni de su servicio militar, ni de la creación del fenómeno “fan”, ni de sus innumerables apariciones en la televisión o en el cine.

Y no voy a hablar de ello porque está claro que Elvis es el Rey. Mucho se ha dicho o escrito acerca de ello así que no soy yo precisamente la fuente más informada para aportar nada de valor al respecto.

Sin embargo sí me gustaría escribir sobre una cosa. Elvis necesitaba un coach.

Evidentemente Elvis estaba en la cima, había conseguido modificar el mercado y liderarlo. Algo al alcance de muy pocos visionarios como IKEA, Microsoft o Cocacola. Reconoció sus virtudes, se preparó y desarrolló sus habilidades, vio un hueco en el mercado y con un estilo valiente se hizo con su público. Poco podía él soñar en que esa fisura en el mercado se convertiría finalmente en la gran industria musical que años después se convertiría.

Sin embargo, los reyes también caen y las empresas lo saben. Numerosas han sido las empresas a lo largo de los últimos años han muerto de éxito. Y la mayoría lo hacen por que se vuelven cómodas, por que no creen que haya llegado el momento del cambio, por que no han sabido evolucionar.

Cuentan que Elvis no entendía cómo podía triunfar la música Pop. Cuentan incluso que intentó en su famosa reunión con Nixon, prohibir la entrada a EEUU a los Beatles. No supo evolucionar. Millones de personas le aclamaban y aunque podía ser fiel a su estilo e innovar prefirió un estilo más conservador y duro. Esa evolución era posible, sólo hay que ver que la remezcla del tema “A Little Less Conversation” por JXL realizada en 2002 vendió más de diez millones de copias, sin embargo él no supo verlo.

Y ahí es donde se marca el punto de inflexión donde la entrada de un coach podía haber cambiado su destino. No le hacía falta habilidades ni presencia. Legiones de fans y fondo económico le sustentaban, sin embargo, necesitó a alguien que le reencuadrase, que le hiciese darse cuenta de la importancia de la adaptabilidad. Alguien con quien dejar fluir su estrategia, alguien que le hiciese de espejo. Como siempre digo, un coach no tiene la varita mágica para hacerte conseguir lo que quieras, pero sí te ayuda y espolea para que lo consigas como nunca otro profesional podría hacerlo.

ZARA lo hizo con la creación de nuevos productos, Microsoft se ha adentrado en la tecnología online e incluso en la batalla MP3. Kodak está fabricando cámaras de gran calidad abandonando el papel que tantas ganancias le brindó en el pasado… Evolucionaron.

Por desgracia Elvis no tuvo un coach y en los setenta, la opulencia, su codicia y su prepotencia le llevó a unos excesos que finalmente, el 16 de Agosto de 1977 alrededor del medio día, Elvis es encontrado inconsciente en el baño de su habitación, es trasladado urgentemente al hospital Baptist Memorial en Memphis, y poco tiempo después es declarado muerto.

Cientos son las empresas que han conseguido situarse y hacerse con el mercado y cientos son las que podrían desaparecer en los próximos años. La lección la aprendimos con el más grande y por eso, las empresas más innovadoras, las que apuestan por la calidad, el desarrollo y el futuro cuentas cada vez más con coaches para sus empleados.

Ahora mira tu modelo de vida y de negocio, ¿Dónde te encuentras? ¿Estás en Tupelo? ¿Has aparecido ya en el Show de Ed Sullivan? Si es así, felicidades. Pero acepta una recomendación si acabas de publicar el “Elvis is back” o estás disfrutando de inmejorables escenas en Hawai, busca un coach que te ayude a analizar tu situación real y ayúdate a conseguir nuevas metas, nuevas ilusiones. Eso podrá reorientarte, buscar nuevas fisuras en el mercado y seguramente, con trabajo y perseverancia, volverte a colocar en un liderazgo futuro que te habrás ganado a pulso.

www.rubenturienzo.com

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