lunes, 21 de enero de 2008

¿Vanidad o compromiso?




Cuántas veces la línea entre estos términos no está claramente marcada. Cuántas veces nos encontramos a alguien que por continuar con sus tareas o deberes de la mejor manera que sabe, se le confunde con una persona vanidosa. Pero a su vez, cuántos actos vanidosos se intentan enmascarar bajo el siempre bien visto valor del compromiso.

Me viene a la memoria una historia que me gustaría difundir. Es la historia de un gran mago y su terrible consecuencia final. ¿Vanidad o compromiso? ¿Qué le llevó hasta tan trágico final?

El amanecer de la más grande leyenda de la magia tuvo lugar en 24 de marzo de 1874. Ese día nació un hijo al doctor Samuel Weiss, un rabino de Budapest, Hungría. El niño fue llamado Ehrich Weiss. Este niño estaba destinado a asumir el nombre que él haría inmortal tan solo diecisiete años más tarde: Harry Houdini.

A los nueve años de edad, Ehrich huyó de casa. Se unió a un pequeño circo en su pueblo natal. A la edad de once años, trabajó como aprendiz de cerrajería. En abril de 1891, a los diecisiete años de edad sacrificó su empleo en una fábrica de corbatas y comenzó su carrera como ilusionista. Houdini logró la proeza de escapar de cuerdas atadas a su alrededor en cualquier forma imaginable. Llegó a tal grado de experiencia, que eventualmente ofreció una recompensa de 25 dólares a cualquiera que pudiera atarlo de manera que no pudiera escapar. Él nunca perdió un centavo. Fue durante este período que conoció a Beatrice Rahner. En julio de 1894, pidió prestado 2 dólares a su prometida para pagar su licencia de matrimonio y la Srita. Rahner se convirtió en Bessie Houdini.

Cuando se encontraba en Londres, sorprendió a los oficiales de Scotland Yard, liberándose de supuestas esposas "a prueba de escape". Prácticamente del día a la noche, se transformó de un modesto artista, que ganaba 18 dólares por semana, en una celebridad con honorarios de 1,800 dólares por semana.

A pesar de que Houdini ganó su reputación mundial como escapista, la magia estaba más cerca de su corazón. Fue en 1924 que combinó su trabajo en escapismo con la magia y las ilusiones. Viajó por los Estados Unidos presentando "The Houdini Mystery Show". Esto siguió hasta el 31 de octubre de 1926, cuando Houdini conoció su prematura muerte en Detroit, a la edad de 52 años. A Bessie, Houdini heredó la suma de 500,000 dólares y al mundo una colorida leyenda, matizada de emoción, valor y misterio.

EL CAPÍTULO FINAL

El telón final cayó para Houdini a la 1 a.m. del lunes 31 de octubre de 1926. El último acto de su vida había comenzado quince días antes cuando inició su temporada en el teatro Princess en Montreal. Su programa de dos funciones diarias incluía una conferencia sobre fenómenos psíquicos y espiritismo en la Universidad McGill. Después de la conferencia, los estudiantes presentaban sus respetos a Houdini, quien complacido con esto, invitaba a los estudiantes a visitarlo en el teatro.

La mañana del viernes un artista joven, acompañado de dos amigos saludó a Houdini. Uno de los amigos, una estrella del boxeo en la Universidad, preguntó si tendría el privilegio de golpear a Houdini en el abdomen. El estudiante quería convencerse de la fortaleza que Houdini proclamaba tener en su condición física. Houdini, quien se encontraba sentado, aceptó el reto. No había terminado de levantarse aún, cuando el joven golpeó su abdomen con todas sus fuerzas. Después del inesperado golpe, la cara de Houdini se puso blanca mientras hacía esfuerzos para respirar. Algunos minutos después, Houdini pidió al joven que lo golpeara nuevamente. Esta vez él estaba preparado para recibir el golpe. El estudiante lo golpeó una vez más y se encontró con un abdomen duro como un roble. Houdini había comprobado su fortaleza y el joven boxeador quedó ampliamente impresionado. Houdini no se dio cuenta, pero en la demostración de su fortaleza al joven estudiante, había sufrido la ruptura del apéndice, que se convirtió en el umbral de su reto final.

Al siguiente día, Houdini milagrosamente cumplió con sus presentaciones de la mañana y de la tarde, con las cuales concluía su temporada en Montreal. A pesar de que su condición empeoraba, abordó el tren hacia Detroit, donde tenía el compromiso de hacer una función en la noche del lunes 24 de octubre. Cuando arribó a Detroit, Houdini sufría de severa fiebre y continuos escalofríos. Su esposa Bess le suplicaba considerar la hospitalización, pero sus ruegos no eran escuchados. Al oír las noticias de que las localidades del teatro estaban agotadas, la atención médica era lo último que pasaba por la mente del artista. El público de esa noche vio la sonrisa cautivadora y sintió la grandiosidad en el hombre, pero difícilmente pudo darse cuenta de que él estaba muriendo. Mientras actuaba, la fatiga aumentaba y su agonía casi lo paralizaba. Esa fue su última actuación. Houdini se desmayó y fue llevado al hospital Grace, donde fue sometido a cirugía mayor de urgencia durante la mañana del siguiente día. Poco se pudo hacer para detener la inevitable consecuencia del engangrenado apéndice que el cirujano encontró.Siete días más tarde, Houdini dijo a su hermano Hardeen, "Estoy cansado de luchar. Creo que esta cosa me va a vencer." Houdini cerró sus ojos por última vez. Era la mañana del Halloween.

Houdini pudo haberse salvado y continuar con una exitosa carrera si hubiese prestado un poco más de atención a su salud. Quizá si la vanidad no le hubiese pesado tanto…¿O fue su compromiso?

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