miércoles, 12 de marzo de 2008

Antes de mandarlo...piensa!




Ayer un cliente me comentó un problema ocurrido cuando recibió por correo electrónico una respuesta bastante sorprendente de un compañero de trabajo, una contestación inesperada a un mail procesual anterior. El correo era técnicamente correcto, pero equivocado relacionalmente; una respuesta desproporcionada, casi infantil, al correo original.

Si alguna vez llega a sucederte algo similar comparto contigo los siguientes consejos:

1. Enfríate. Pon distancia entre el estímulo y la respuesta. Si dejas que pase el tiempo, podrás ubicar las cosas en su contexto y responder apropiadamente; tomar una decisión y no actuar por impulso.

2. Háblalo. Busca a alguien que te ayude a tomar perspectiva. Si no tienes a la mano a alguien de tu entera confianza, hazte la pregunta: ¿Qué resultado quiero obtener?

3. Escríbelo. Contesta enojado, molesto, pero en una hoja de papel. Conviértelo en un proyecto y archivalo en el folder de “Algún día/Tal vez”. Cuando haya pasado todo puedes desecharlo.

4. Revisa. ¿Qué hiciste para contribuir a este resultado? Posiblemente estés en lo correcto y el otro esté equivocado; pero, posiblemente sea a la inversa.

5. Busca una solución y logra un acuerdo.

Recuerda que los emails no tienen entonación así que su lectura condicionada puede provocar una gran crisis. El mail es una herramienta que debe ayudarnos a proceder de una manera más eficaz y optimizada, no un arma de ataque.

No pierdas la oportunidad de "entonarlo" con una simple llamada o con una visita personal y no desperdicies tu tiempo y tu talento en crear una respuesta hiriente. No merece la pena.

www.rubenturienzo.com

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